No puede haber mejor noticia para las familias de la Montaña que duermen y cocinan en el suelo agreste. Sus sueños de justicia se forjan con su lucha diaria pero también con el cariño y la solidaridad de gente que extiende su mano amiga para levantar del piso de tierra a quienes dan la batalla por la justicia y la verdad.
Ofelia y Bego gracias por tener el corazón sembrado en la Montaña, eso nos impulsa a redoblar la marcha para que derribemos la muralla de la desigualdad y la discriminación.
Gracias por reconfortar el sufrimiento de las familias que se mantienen altivas ante las arremetidas de la naturaleza y el poder impune.
Con mucho cariño
Abel